A principios de agosto, Saint Louis fue sede de la Cumbre de Equidad Racial. El evento de este año se llevó a cabo a través de un formato virtual y destacó las principales desigualdades en toda nuestra sociedad, pero también ofreció discusiones oportunas sobre cómo todos podríamos avanzar. La cumbre contó con oradores como Edgar Villanueva, Angela Davis y Adrienne Maree Brown. Además, también escuchamos a oradores nacionales y activistas locales que han abogado por el cambio. Pudieron articular los pasos necesarios para cambiar nuestras propias comunidades.

Sin embargo, mientras que la Cumbre de Equidad Racial estaba enseñando conceptos importantes como ser inequívocamente quién eres y la inclusión de minorías en el sector sin fines de lucro, algo más estaba ocurriendo en nuestros propios patios traseros. Durante los momentos en que muchos de nosotros invertimos en un cambio positivo y estábamos participando en discusiones educativas y promoviendo el crecimiento, se otorgaron indultos a una pareja de Saint Louis que empuñaba armas mortales contra manifestantes pacíficos por simplemente caminar en su comunidad.  

En 2020, Mark y Patricia McCloskey llegaron a los titulares nacionales por blandir armas de fuego contra varios cientos de manifestantes de St. Louis Black Lives Matter que se dirigían a protestar frente a la casa de la alcaldesa Lyda Krewson. La pareja se declaró culpable en junio de cargos por delitos menores y cada uno debía pagar multas sin enfrentarse a la cárcel, pero la semana pasada, el gobernador Mike Parson les concedió un indulto. Antes y después del indulto, el Sr. Mark McCloskey ha declarado que si volviera a enfrentarse a la misma situación, se comportaría de la misma manera. Agregó que sintió que sus acciones fueron reivindicadas por el indulto del gobernador.  

Estos indultos muestran las graves injusticias en nuestro sistema de justicia penal. Mientras los McCloskeys recibieron indultos, otros como Kevin Strickland y Lamar Johnson, dos hombres que incluso los fiscales dicen que son inocentes, permanecen tras las rejas y no reciben el mismo trato. Lamar Johnson ha pasado 26 años encarcelado por un delito que los fiscales de St. Louis dicen que no cometió. Los fiscales dicen que otros dos hombres admitieron el crimen y que los testigos pudieron dar cuenta del paradero de Johnson la noche del crimen. Agregaron que el testigo ocular que identificó a Johnson carecía de credibilidad. Otro recluso, Kevin Strickland, ha pasado más de 40 años en prisión por un delito que los fiscales federales dicen que él tampoco cometió. Ninguno de estos casos ha obtenido el indulto. El contraste entre el trato de estos dos individuos encarcelados y el de los McCloskeys nos muestra a plena vista los errores judiciales en nuestro sistema de justicia penal. ¡Merecen la atención del gobernador!

Si bien la Cumbre de Equidad Racial destacó lo lejos que hemos llegado como sociedad, los ejemplos de justicia antes mencionados en nuestro sistema de justicia penal son un recordatorio constante de lo lejos que debemos llegar para lograr la verdadera equidad. Hasta que hombres como Lamar Johnson y Kevin Strickland reciban el mismo trato que los McCloskeys, es entonces cuando nos acercaremos a la equidad racial.  

Chis Morrison
Gerente de Políticas de Justicia Penal

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